El árbol baobab
¿Por qué no podemos ser? ¿Por qué no podemos dejar ser?
Mi cabeza estaba a punto de estallar, necesitaba un descanso pero no podía, aceleraba mientras el auto revolucionaba a todo lo que podía; quería estrellarme.
Por mucho tiempo lo había pensado, miraba en sus ojos y encontraba la respuesta. Me desesperaba, odiaba tenerlo frente a mí y parecía enloquecerme. Necesitaba aire. No quería salir, pero tampoco quería quedarme. ¡Estaba harto!
¿Por qué de pronto caer y olvidar? ¿Por qué hacer como si no pasara nada? ¿Miedo a estar sólo? ¿Miedo a enfrentarme?
He conocido a muchos, todos ellos siempre han tenido respuestas. Es fácil predecir que conocen las mismas, que son ellos la solución a nuestros problemas. ¿Pero cuándo fue entonces que nos abandonamos? ¿Cuándo sucedió que de pronto dejamos de vivir? ¿Cuándo olvidamos la única razón por la que nos encontramos aquí?
Acelero, el auto revoluciona a todo lo que da y por un momento cierro los ojos. Los cierro porque me duele saber que el mayor problema que tenemos es tan profundo como una raíz.
Tan profundo como la raíz de un árbol baobab...
Por
Enrique Figueroa Anaya
Kiosko
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