Musée du Louvre París, Francia
Sin duda catalogada como una de las obras más bellas del mundo, esta pieza revela una estética única. Lo anterior, no sólo por la delicadeza de su constitución; sino, también por la bella historia que se encuentra debajo de ésta.
Así, la pieza se ha vuelto un ícono de un mito griego que cuenta que Venus al estar celosa de la gran belleza de Psique, envía a su hijo Cupido a cumplir la misión de vengarla. Cupido queda extasiado con la belleza de Psique y decide permanecer al lado de ella en secreto. Sin embargo, una de las condiciones que Cupido le había planteado a Psique fue que jamás vería su rostro, factor que a Psique le valía de una gran curiosidad. Al paso del tiempo, Psique decide investigar quien era su esposo. Situación que descubre Cupido y desencadena su partida.
Venus, evidentemente enojada, captura a Psique con el propósito de hacerla pasar por cuatro pruebas consideradas como imposibles. Psique consigue realizar las tres primeras con éxito, hasta que la última la vence. Esta última se trataba de recuperar una caja que al abrirla pondría a Psique en un sueño, del cual la despertaría Cupido. Así, la pareja logra rescatar su amor y vivir juntos en el Olimpo.
En el aspecto técnico esta obra refleja, indudablemente, su origen neoclasicista que se torna evidente al apreciar la utilización de la esencia grecorromana en la técnica de su constitución. Es notable el manejo de la sensualidad, el muy cuidado tallado en mármol de cada detalle y el uso de una vestimenta sutil dentro de las características de la pieza.
Cabe destacar que un aspecto interesante es que, a pesar de sus dimensiones, (1.55 m x 1.68 m x 1.01 m) que no son de tamaño natural respecto a la figura humana; logra proyectar un gran realismo en la perspectiva de las figuras. Factor que le provee de un gran impacto visual estético y real dentro de su apreciación. Sin duda, una pieza debida de apreciar si se está dentro del Museo de Louvre.
Andrés Villa
Kiosko
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